Beber agua del grifo es lo más económico y sostenible que se puede hacer. Por eso la Unión Europea se ha propuesto aumentar el número de instalaciones de fuentes de agua en lugares públicos, lo que incluye a centros comerciales o aeropuertos. Pretenden que la medida tenga su extensión también en la hostelería.
Uno de los objetivos es reducir el consumo de las botellas de plástico en un 17%, según la Comisión Europea. Si se logra, se ahorraría también en el consumo doméstico, lo que podría tener un impacto positivo sobre el medio ambiente, gracias a las menores emisiones de CO2.
Según la Comisión Europea, un litro de agua del grifo cuesta 0,002 euros, mientras que el coste de un litro de agua embotellada oscila entre 0,20 euros y 1 euro, en el caso de las botellas más pequeñas. De media, cada europeo consume 106 litros de agua embotellada al año, de manera que la reducción del consumo podría ayudar a ahorrar más de 600 millones de euros al año.
El acceso a agua de calidad, un derecho
El 98,5% de los estudios en torno a la calidad del agua en la UE arrojan resultados positivos: los parámetros de calidad se encuentran dentro de lo establecido. Esto quiere decir que la mayoría de los europeos tiene acceso a una red fiable. El uso que hacen de agua del grifo avala tal resultado, ya que el 95% la usan para lavar y para la higiene personal, el 84% cocina con ella, el 55% la bebe directamente del grifo y el 10% la filtra antes de beberla.
Son datos recogidos por la Comisión Europea de 2015, y en tales porcentajes solo están recogidas las personas que responden “siempre” a las preguntas sobre el uso. En la práctica, pueden ser mayores.
Aún así, hay mucho por hacer. El Parlamento Europeo ya votó una iniciativa para aumentar el nivel de confianza en la red de agua. Y es que según la encuesta de la iniciativa ciudadana Rigth2Water, aunque los residentes de la UE se sienten seguros en cuanto a la red, los resultados bajan de manera drástica cuando se trata de beber fuera de casa: solo un 20% lo ven factible, y un 60% asegura no está bien informado en torno a la calidad del agua.
La UE seguirá profundizando en los límites en cuanto a sustancias que se pueden considerar nocivas, lo que incluye trabajar sobre el número de bacterias. También revisará los niveles de microplásticos, e incrementará la transparencia en torno a la información que se ofrece a la ciudadanía sobre calidad del agua.
Potenciar el uso de fuentes de agua de la red
Que se están llevando a cabo diferentes iniciativas para reducir la producción y el consumo de plástico es evidente, y es una respuesta necesaria ante las millones de toneladas de plástico que se calcula acaban en mares y océanos año tras año.
Empresas como la productora de fuentes de agua Canaletas ya ha demostrado su compromiso con el entorno y con las personas. La compañía lanzó el año pasado una nueva fuente semiempotrada que permite distintas alturas, y que pensada para facilitar su uso a las personas con movilidad reducida. Era la fuente Serie EF, con un sistema modular que apenas ocupaba espacio.
Por otra parte, con la Serie EN la empresa también demostraba su intención de ir a la vanguardia en innovación. Era esta una fuente totalmente empotrada en la pared, con un diseño mural pensada para espacios diáfanos de paso. El objetivo era el de satisfacer unas necesidades arquitectónicas cada vez más exigentes.
Ahora tienen la oportunidad de seguir innovando y sumarse a la iniciativa de facilitar el acceso al agua de la red a todos los europeos, con el impacto positivo para el medio ambiente que puede representar.